Tres temporadas, treinta y siete episodios y muchos dramáticos testimonios después, la andadura de «Leah Remini: Scientology and the Aftermath» (Leah Remini y la Cienciología se llama en España, y puede verse en el canal Crimen + Investigación) puso punto y final a su andadura el pasado 26 de agosto con un programa doble especial con público en el plató, personas que habían salido de la «iglesia» y algún experto en diferentes campos.
Ya la recomendé cuando terminé de visionar las dos primeras entregas del tirón y lo vuelvo a hacer porque esta serie documental llevada muy bien por la propia Remini y Mike Rinder es muy interesante y atrapa. También es dura y triste porque lo que las personas que decidieron dar la cara y contar sus historias es imposible que no provoquen empatía y se llora, mucho, porque desde luego que te pones en su lugar sin dudarlo.
Además en vez de seguir siempre el mismo tipo de episodio, el de ir a casa de un excienciólogo/a para escuchar su testimonio y hacerle preguntas sobre su experiencia, hubo episodios con expertos en un plató para explicar determinados puntos o meterse en el tema legal, etcétera, así como algún monográfico con casos concretos, incluidos los de Leah y Mike. La tercera temporada, además, empezó con un especial dedicado a los Testigos de Jehová y sus prácticas (anonadada me quedé también, partiendo de que cada uno puede creer en lo que sea) con ciertas similitudes con el tema central de la serie documental.
Una lástima que haya acabado porque, aunque se sufra como digo, se disfruta por el interés de lo narrado. Pero aunque no vaya a haber más, ojalá Remini, Rinder y quienes siguen luchando contra estas prácticas logren algo de lo que pretenden. Lo dicho, muy recomendable.
diariodeunatelefila.wordpress.com 