Anoche ví «Los Misterios de Laura», serie policiaca en clave de comedia producida por Ida y Vuelta para Televisión Española. El anuncio prometía algo más de lo que me dio el producto, del cuál lo mejor me parecieron los cinco minutos de anuncios que hubo, y que pasé con el mano de mi DVD que para algo grabéel capítulo la noche del lunes.
Con un planteamiento de clásica serie estadounidense policiaca, léase mi querida «Se Ha Escrito un Crimen», «Colombo» o «La Ley de Burke», la serie empieza con la protagonista y su jefe yendo auna casa en la que un hombre había recibido cartas amenazadoras, realizadas, cómo no, con recortes de revista. Total, que mucha vigilancia policial para que el tio aparezca fiambre, aunque, claro está la protagonista de nombre Laura, a la que da vida correctamente -que para eso es buena actriz- María Pujalte, y de apellido Lebrel caza. Y muy a su pesar, porque el asesino no era otro que su jefe, del cuál también es amigo.
En este tipo de series me gusta jugar a adivinar quién es el malo y la verdad se me pasó por la cabeza la opción del jefe de policía porque fueron dejando una pista tras otra, que al final ví más claras:
1- El muerto tira la copa al brindar justo con el jefe.
2- El jefe le da su tarjeta por si tiene que llamarle al móvil y el tio ni le contesta.
3- Plano estúpido y frase igual de tonta del jefe echando el pestillo de la puerta y el amenazado ni le contesta.
Pero, como en toda serie española no puede faltar la vida privada de los protagonistas, y en este caso la de Laura Lebrel pasa por los problemas que le dan sus dos traviesos gemelos, un poco del tipo de los gemelos Scavo cuando eran pequeños en «Mujeres Desesperadas», y que para cuando se decide firmar los papeles del divorcio su ex, al que da vida Fernando Guillén Cuervo, un actor que nunca me convencerá porque parece que sólo sabe hacerse el graciosillo, resulta (previsible) que se convierte en el nuevo jefe de la comisaria.
El rsto del reparto lo completan actores desconocidos para mí que hacen de compañeros de Laura, así como Laura Pamplona que vuelve a hacer de policía y de borde, que todo hay que decirlo, Elena Irureta amiga de Laura y dueña cotilla del bar de debajo de su casa, y otra que no me ha convencido nunca, Eva Santolaria que también es amiga de la protagonista.
Con un muy flojo capítulo inicial, le daré otra oportunidad pero si no me convence no perderé el tiempo viendo este producto.
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